Varios fabricantes pelean en sus laboratorios queseros por alzarse con una
categoría de la que, si bien, muchos conocen su precio, pocos se detienen a
analizar sus cualidades. La compañía inglesa Long Clawson presume de elaborar el
queso más caro de Gran Bretaña, a 709 euros el kilo. Se trata de un queso blanco
al que el fabricante ha añadido flecos y adornos de oro comestible. Se vendió
sólo durante el pasado mes de diciembre con el objetivo de completar con un
toque de lujo las tablas de queso de las reuniones familiares de Navidad.

Pero a pesar de que la mayor
cualidad de este producto lácteo puede presenciarse en sus puntos dorados, su
sabor fue reconocido con una distinción en los últimos premios
BBC Good Food
Show.Pero calculen que disfrutar de una rebanada de esta 'joya'
gastronómica supone nada menos que 70 euros.
Sin embargo, Long Clawson no
posee la etiqueta de ser el queso más caro del mundo. Esta distinción está en
manos de un fabricante serbio que cobra mil euros por un kilo de su 'Pule', un
queso elaborado con leche de asnos balcánicos criados al norte de Belgrado. Una
leche que, por cierto, cuesta ya 40 euros el litro y que se caracteriza por
poseer bajos contenidos en grasas, lo que añade grandes dificultades a la hora
de elaborar el queso.
Hay que tener en cuenta también, que la elaboración
del 'Pule' supone en sí mismo un gran avance ya que la leche de esta variedad de
burra balcánica, por sus características, se ha utilizado tradicionalmente para
productos cosméticos, cremas, jabones y licores, pero nunca para la producción
de queso.

Es así, uno de los quesos más
bajos en grasa y un preciado manjar, entre otras cuestiones, porque para
elaborar un kilo de 'Pule' (potro en serbio) son necesarios 25 litros de leche
de burra balcánica y los últimos datos indican que en esta reserva natural
existen sólo cien burros de esta especie.
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